sábado, 23 de abril de 2011

Ensayo sobre la culpa

Tan cerca, tan lejos, tan cerca ¿es mi culpa? Es mi culpa. Me lo dicen siempre, lo oí de chica, lo supe desde antes de nacer. Todo es mi culpa, mi enorme responsabilidad: la culpa es la porción del mundo que no puedo compartir con nadie, el sitio en que estoy irremediablemente sola. Culpable y sola. Sola por siempre.
Lo tengo incorporado, lo recuerdo en mi casa, en el trabajo, en mi ocio, en mi cama. En mis sueños soy culpable, en mis sueños nadie me ayuda, ni me quiere, ni me entiende, ni me escucha. Porque soy culpable, simplemente.
Al crecer sabiéndome culpable no logré dejar espacio para el amor, porque el culpable está solo y no ama, y si ama no puede ponerlo en palabras, y lo que no tiene su correlato hablado es un fantasma que vaga en el metro cuadrado privado y no se puede mover de él. Meterse en el metro cuadrado de un otro implicaría darse a conocer, y los culpables- solos no tienen permiso para hacer eso.
- Mamá, ¿puedo?
- No.

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