jueves, 16 de junio de 2011

Ojos

¿Nunca te lo dije? Tus ojos me conmueven. No lo tomes como un halago, en realidad me pasa con todos, sobre todo si son café. En la mirada se guardan mundos, por eso tienen forma redonda (es como si el Cosmos hubiera sido creado en base a metáforas).
Siempre se quejan de que no miro a la gente a los ojos, pero es que todos tienen mundos privados. Sería irrespetuoso de mi parte hurgar en ellos. Díganme si quieren que sea irrespetuosa, porque yo un poco, tal vez, quiero. Eso sí, advertencia obligada: el sondeo de mundos es recíproco. Quien solicite uno debe estar dispuesto a pasar del mytho al logos (lo digo así porque mis ojos hablan griego, y cambian de color).
¿Querés? ok, te doy pautas: con respecto al color, no pienses que cambian por el ánimo, es algo inadecuado para el siglo XXI. Quedate con la ciencia y no te asombres, cambian por la luz y son una deficiencia genética heredada de la migración prehistórica. 
Si querés ver en mis ojos los estados de ánimo, recomiendo lo simple: si lloro, es porque estoy triste, si los cierro es porque estoy durmiendo, o fingiendo dormir, o muerta (o pestaneando, tené paciencia). Si sonrío con los ojos es porque se me cambió la boca de lugar, o porque me convertí en un cuadro de Picasso (estoy jugando, ya vas a ver que mis ojos sonríen y que no es tan abstracto como suena acá). 
Eso sí, te pido un favor: si mis ojos no sonríen, contales un chiste de gallegos (básico, pero efectivo). Es una buena llave para entrar a mi mundo, que tiene los colores con los que dibujaría esa música rara que escucho yo...

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