miércoles, 13 de julio de 2011

Victoria (II)

¿Cuántas veces escribí para mí misma?
Es como si tratara de presentarme, de decirme "esta soy, acá estoy".
Es como si no me conociera.
¿Me conozco? A veces creo que no. Me miro y me pierdo.
Mi laberinto está hecho de complejidades, mi centro es un castillo de fragilidad. Yo conozco mi castillo, lo vislumbro de lejos y recorro sus pasillos. Aún así, finjo no saberlo. No está, no existe.
"Yo no soy el castillo, soy el laberinto".
Mis verdades son paredes con espinas, no me toques, lastimo (no me toques, me lastimo).
No soy la doncella, eso es para el cuento. Yo soy la estructura que de tan suave lastima la piel, que de tan fuerte se cae a pedazos.
Sé hábil, seas quien seas, que bajo mi almohada guardo un mapa esperando que llegues a salvarme.

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