miércoles, 13 de julio de 2011

XIV

Oh! Ego mío
¿Dónde estás?
mi jardín florido.
Te perdí en aquel momento
en que llegaba el crudo frío,
si pudieran ver mi alma
abundante cuanto hastío
llorarían por mis penas
por mi orgullo malherido.
No es tan vana toda fuerza
cuando tiene un objetivo,
quien tuviera un horizonte
(ese punto tan altivo)
que curara sus dolores
repuntando el barco hundido
gritaría con loores
que otro Ego le ha nacido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario