martes, 24 de mayo de 2011

I

Miré a través del vidrio y allí estaba,
tu risa pueril cargada de oasis.

Me sumergí en tus aguas, que se hicieron lodo
ensuciando mi piel con la alegría
de tus pocos veranos.

No lo se.
Si el tiempo es oro te lo regalo,
yo siempre fui pobre y no tengo pretensiones.

Dame algo que tenga valor
pero que sea de tus manos.

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