mas yo los vi en tus ojos
aunque cerrados en sueño
llamando a tu madre al escondite.
Ya no hubo madre, ya no hubo muchos.
Ya no hubo nadie.
Hubo, sí, olor a muerte
carne pudríendose en pilas
en mil calles precarias.
Entiendo tus gritos de noche, hoy sí.
Hoy te entiendo y te amo más
te amo con horror, te amo con pena
te amo con la nostalgia de haber perdido a quien perdió todo,
y sin embargo me tuvo.
Ya no hubo madre, ya no hubo muchos.
Pero hubo lo nuestro, y fue grandioso. Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario